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¿Has Visto un Ladrón? (Shuanghua)
¿Has Visto un Ladrón?
TeamUniverso Mo Dao Su ZhiYaoi
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Hēi Xuè
Estatus: ???
Nombre de Nacimiento: ???
Título: ???
Arma Principal: ???
Por: Fuxue
Cuando se llevan cien años desvinculado de la sociedad humana, es sencillo perder la noción de bien y mal, correcto e incorrecto. Es difícil encajar en sus conceptos humanos. Ocultar la ropa a un cultivador no le haría ningún daño físico, Hei Xuè no lo consideró una maldad, para él, sólo fue una excusa para acercarse después de diez largos días de acecho.
Era temprano e la mañana, el sol apenas saludaba con timidez, una mañana especial, pues por primera vez desde que el grupo de cultivadores dejó la posada para dirigirse al bosque de Nàogui, Léi Aóyun estaba fuera de la vista de sus compañeros, especialmente de ese obsesivo caralarga de Zhào ShanLíu.
Hei Xuè había usado todas sus artimañas para seguirles la pista sin delatarse. Siendo capaz de adoptar la forma de animales salvajes como zorros y conejos a la vez que suprimía su energía, podía pasar la noche a un árbol de distancia sin ser visto.
Esa rara mañana, no dejaría escapar la oportunidad. Siguió al heredero hasta un tranquilo manantial. Al verle desnudarse para asearse, una idea cruzó el su cabeza.
Después de ocultar cada una de sus prendas y accesorios, omitiendo la daga por respeto, una de las pocas clases de respeto que Hei Xuè aún comprendía, volvió a su forma humana y saludó desde lo alto de una roca bastante alta, en una esquina del manantial.
- Léi Aóyun, temo que un astuto ladrón de ha aprovechado de ti.
Era temprano e la mañana, el sol apenas saludaba con timidez, una mañana especial, pues por primera vez desde que el grupo de cultivadores dejó la posada para dirigirse al bosque de Nàogui, Léi Aóyun estaba fuera de la vista de sus compañeros, especialmente de ese obsesivo caralarga de Zhào ShanLíu.
Hei Xuè había usado todas sus artimañas para seguirles la pista sin delatarse. Siendo capaz de adoptar la forma de animales salvajes como zorros y conejos a la vez que suprimía su energía, podía pasar la noche a un árbol de distancia sin ser visto.
Esa rara mañana, no dejaría escapar la oportunidad. Siguió al heredero hasta un tranquilo manantial. Al verle desnudarse para asearse, una idea cruzó el su cabeza.
Después de ocultar cada una de sus prendas y accesorios, omitiendo la daga por respeto, una de las pocas clases de respeto que Hei Xuè aún comprendía, volvió a su forma humana y saludó desde lo alto de una roca bastante alta, en una esquina del manantial.
- Léi Aóyun, temo que un astuto ladrón de ha aprovechado de ti.
- Hēi Xuè:
- Código:
<div class="MM041" style="color: #c60b5a;"><b class="MM041-s"><div style="background-image: url(https://i.postimg.cc/5td4gwSW/02.jpg);"></div><b>
<b>Hēi Xuè</b>
<i>Estatus: <a>???</a></i>
<i>Nombre de Nacimiento: <a>???</a></i>
<i>Título: <a>???</a></i>
<i>Arma Principal: <a>???</a></i>
<i>Por: <a>Fuxue</a></i>
</b></b><div class="MM041-txt">Texto aquí.</div>
</div><a class="miMM" href="https://emmescodes.tumblr.com/" title="Code by Emme">Emme</a>
- Léi Aóyun:
- Código:
<div class="MM041" style="color: #134059;"><b class="MM041-s"><div style="background-image: url(https://i.postimg.cc/FKyzS4qP/Lei.jpg);"></div><b>
<b>Léi Aóyun, "<i>Liǔ Yuǎn</i>"</b>
<i>Estatus: <a>Cultivador</a></i>
<i>Nombre de Nacimiento: <a>Léi Fēifán</a></i>
<i>Título: <a>---</a> (---)</i>
<i>Arma Principal: <a>Fákuǎn</a> (cuchillo)</i>
<i>Por: <a>Shuanghua</a></i>
</b></b><div class="MM041-txt">Texto aquí.</div>
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Re: ¿Has Visto un Ladrón? (Shuanghua)
Léi Aóyun, "Liǔ Yuǎn"
Estatus: Cultivador
Nombre de Nacimiento: Léi Fēifán
Título: --- (---)
Arma Principal: Fákuǎn (cuchillo)
Por: Shuanghua
Léi Aóyun jamás notó algo extraño, ningún conejo fuera de lugar, ninguna presencia asechando al grupo que avanzaba relajadamente con rumbo al bosque Nàoqui, nada fuera de lo normal. Y es que, aunque lo hubiera, Léi Aóyun sería uno de los últimos en notarlo. Después de una hambruna de un par de días, un desangramiento importante, una noche de sólo beber alcohol y una caminata lenta, pero firme, pudo sentir que sus fuerzas estaban siendo testeadas duramente. Resistencia no le faltaba, pero su rendimiento estaba lejos de ser el mejor.
Aquella mañana, con tal de tener un momento más a solas con la esperanza de que le sirviera para recuperar algo de sus energías, Léi Aóyun declaró que necesitaba darse un baño. Y era cierto, él era de aquella clase de personas que necesitaban darse un baño caliente cada día para mantenerse centrado y con buena disposición, pero después de huir de casa y de convertirse en casi un prófugo, se había vuelto algo muy difícil de conseguir.
Se conformaría, esta vez, con un baño frío en un manantial no demasiado lejos de los demás, y hacia allí partió tras ordenar a Zhào ShānLíu que no le siguiera (si bien no confiaba en que cumpliera, de todos modos).
Se quitó la túnica exterior, los zapatos y el cinto. Acomodó todo sobre las rocas del borde del afluente, lejos de la humedad, y depositó cuidadosamente sobre éstas a Fákuǎn. Un aro de energía oscura emanó de la hoja, como si revolviera su consciencia con sólo el movimiento, y desapareció disolviéndose en el aire. Se metió en el agua hasta que esta le llegó a la cintura, antes de quitarse también la túnica interior. Quería asegurarse de asearse completamente.
Finalmente, sintió la tentación de hundirse hasta la nariz. El agua fría no le recibió con el mismo cariño que el agua caliente, pero el resultado siguió siendo el mismo: Paz y soledad.
O quizás no del todo.
En lo alto, sobre una de las rocas más altas de alrededor, una figura se entrecortaba contra los árboles y el cielo apenas del alba detrás. Léi Aóyun alzó la mirada, pero no fue capaz de distinguir de quien se trataba hasta que escuchó su voz: Era Hēi Xuè, el singular personaje que conocieron cuando se enfrentaron al Rey de las Araña hace más de una semana.
— ¿Hēi... Xuè? —murmuró, su expresión hecha una mueca de extrañeza.
¿Un ladrón? Pensó, y de forma tardía reaccionó al voltear para echar un vistazo a sus ropas. Sólo pudo ver a Fákuǎn ahí, donde antes dejó sus cosas.
— Hēi Xuè, ¿Eres tú? ¿Has sido tú?
De otro modo, Fákuǎn hubiera reaccionado en alerta. Pero, por ser Hēi Xuè afín a la oscuridad tanto como la misma hoja, es muy posible que esta le reconociera como a un igual.
— Han pasado más de siete días, pero sabía que volveríamos a verte. Hēi Xuè, tienes mi atención, pero debo preguntar, ¿Por qué decidiste aparecer... de este modo y... justo en este momento?
Léi Aóyun estuvo hundiéndose lenta y paulatinamente en el agua desde que vio que no estaba solo, hasta quedar cubierta su barbilla, el cabello suelto extendido a merced de la corriente tras su espalda. ¿Por qué tenía que verse obligado a exponerse así, frente aun completo y muy peculiar desconocido? Si bien tenía interés en Hēi Xuè y sus pormenores, este... ¡Este no era el modo!
Aquella mañana, con tal de tener un momento más a solas con la esperanza de que le sirviera para recuperar algo de sus energías, Léi Aóyun declaró que necesitaba darse un baño. Y era cierto, él era de aquella clase de personas que necesitaban darse un baño caliente cada día para mantenerse centrado y con buena disposición, pero después de huir de casa y de convertirse en casi un prófugo, se había vuelto algo muy difícil de conseguir.
Se conformaría, esta vez, con un baño frío en un manantial no demasiado lejos de los demás, y hacia allí partió tras ordenar a Zhào ShānLíu que no le siguiera (si bien no confiaba en que cumpliera, de todos modos).
Se quitó la túnica exterior, los zapatos y el cinto. Acomodó todo sobre las rocas del borde del afluente, lejos de la humedad, y depositó cuidadosamente sobre éstas a Fákuǎn. Un aro de energía oscura emanó de la hoja, como si revolviera su consciencia con sólo el movimiento, y desapareció disolviéndose en el aire. Se metió en el agua hasta que esta le llegó a la cintura, antes de quitarse también la túnica interior. Quería asegurarse de asearse completamente.
Finalmente, sintió la tentación de hundirse hasta la nariz. El agua fría no le recibió con el mismo cariño que el agua caliente, pero el resultado siguió siendo el mismo: Paz y soledad.
O quizás no del todo.
En lo alto, sobre una de las rocas más altas de alrededor, una figura se entrecortaba contra los árboles y el cielo apenas del alba detrás. Léi Aóyun alzó la mirada, pero no fue capaz de distinguir de quien se trataba hasta que escuchó su voz: Era Hēi Xuè, el singular personaje que conocieron cuando se enfrentaron al Rey de las Araña hace más de una semana.
— ¿Hēi... Xuè? —murmuró, su expresión hecha una mueca de extrañeza.
¿Un ladrón? Pensó, y de forma tardía reaccionó al voltear para echar un vistazo a sus ropas. Sólo pudo ver a Fákuǎn ahí, donde antes dejó sus cosas.
— Hēi Xuè, ¿Eres tú? ¿Has sido tú?
De otro modo, Fákuǎn hubiera reaccionado en alerta. Pero, por ser Hēi Xuè afín a la oscuridad tanto como la misma hoja, es muy posible que esta le reconociera como a un igual.
— Han pasado más de siete días, pero sabía que volveríamos a verte. Hēi Xuè, tienes mi atención, pero debo preguntar, ¿Por qué decidiste aparecer... de este modo y... justo en este momento?
Léi Aóyun estuvo hundiéndose lenta y paulatinamente en el agua desde que vio que no estaba solo, hasta quedar cubierta su barbilla, el cabello suelto extendido a merced de la corriente tras su espalda. ¿Por qué tenía que verse obligado a exponerse así, frente aun completo y muy peculiar desconocido? Si bien tenía interés en Hēi Xuè y sus pormenores, este... ¡Este no era el modo!
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Re: ¿Has Visto un Ladrón? (Shuanghua)
Hēi Xuè
Estatus: ???
Nombre de Nacimiento: ???
Título: ???
Arma Principal: ???
Por: Fuxue
- ¿Un ladrón? ¿Yo? -fingiendo ignorancia, Hei Xuè se rascó la nuca sopesando la posibilidad de asumir la responsabilidad de sus propios actos- ¿Tal vez? No estoy seguro -se acuclilló con una sonrisa que dejó a la vista su perfecta dentadura Colgate, nadie podría saber si en realidad se trataban de sus dientes o algunas piezas que engulló de otra persona.
Iba descalzo, como era usual. Su largo cabello suelto desparramado por doquier, sobre sus hombros, algunas hebras enredadas en sus llamativos aretes. Llevaba la túnica exterior abierta, sin túnica interior. Los pantalones rasgados en los extremos cubrían sus piernas hasta la pantorrilla. Saltaba a la vista que el frío no le molestaba.
- Es difícil encontrarte sin tu guardián, Léi Aóyun, ¿o debo llamarte Liu Yuan? -terminó de sentarse apoyando los muslos sobre la piedra- Y ese otro sujeto, el inmortal, muy molesto -hizo un gesto de desagrado, como si pudiera oler algo en descomposición, y se deslizó por la roca para dejarse caer al agua, su cuerpo desapareció bajo la superficie como si estuviera hecho de hierro sólido, sin chapoteos ni burbujas. Un minuto entero después, tras dar un par de vueltas alrededor del heredero oculto bajo el agua turbia y rozar su pierna y cintura, emergió justo frente a él, sin prisa, sin salpicar, sólo hasta el mentón, mirándole a los ojos entre finos mechones de cabello mojado. Un fulgor rojizo brillaba en lo profundo de sus pupilas.
- ¿Por qué te ocultas de mi, Léi Aóyun? ¿Qué podrías esconder que no haya visto ya?
Iba descalzo, como era usual. Su largo cabello suelto desparramado por doquier, sobre sus hombros, algunas hebras enredadas en sus llamativos aretes. Llevaba la túnica exterior abierta, sin túnica interior. Los pantalones rasgados en los extremos cubrían sus piernas hasta la pantorrilla. Saltaba a la vista que el frío no le molestaba.
- Es difícil encontrarte sin tu guardián, Léi Aóyun, ¿o debo llamarte Liu Yuan? -terminó de sentarse apoyando los muslos sobre la piedra- Y ese otro sujeto, el inmortal, muy molesto -hizo un gesto de desagrado, como si pudiera oler algo en descomposición, y se deslizó por la roca para dejarse caer al agua, su cuerpo desapareció bajo la superficie como si estuviera hecho de hierro sólido, sin chapoteos ni burbujas. Un minuto entero después, tras dar un par de vueltas alrededor del heredero oculto bajo el agua turbia y rozar su pierna y cintura, emergió justo frente a él, sin prisa, sin salpicar, sólo hasta el mentón, mirándole a los ojos entre finos mechones de cabello mojado. Un fulgor rojizo brillaba en lo profundo de sus pupilas.
- ¿Por qué te ocultas de mi, Léi Aóyun? ¿Qué podrías esconder que no haya visto ya?
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Re: ¿Has Visto un Ladrón? (Shuanghua)
Léi Aóyun, "Liǔ Yuǎn"
Estatus: Cultivador
Nombre de Nacimiento: Léi Fēifán
Título: --- (---)
Arma Principal: Fákuǎn (cuchillo)
Por: Shuanghua
Lo primero que quiso saber Léi Aóyun, fue la razón por la que Hēi Xuè necesitaba encontrarle sin la presencia de su guardián, algo que bien podría significar cosas malas. Y más allá de ello, ¿Qué problema tenía Hēi Xuè con el maestro Hé Yǒnghéng?
La apariencia de Hēi Xuè decía a todas luces que no se trataba de un sujeto normal, pero aún así, Léi Aóyun se sorprendió al verle caer tan desinteresadamente al agua. ¡Y se hundió como si estuviera hecho de plomo! Léi Aóyun cerró los ojos para evitar las salpicaduras, por mero instinto, pero no fue necesario, ya que la superficie del agua apenas se vio perturbada por la zambullida del otro. ¿Qué clase de truco era ese?
¿Acaso Hēi Xuè estaba recorriendo el fondo del lago? Léi Aóyun pudo sentir las corrientes que dejaba su paso alrededor de su cuerpo bien sumergido. ¿Qué estaba planeando?
— ¿Hēi Xuè?
Ovillado, con las rodillas cerca de su pecho, Léi Aóyun sintió que con cada segundo que Hēi Xuè pasaba sumergido, mayor era su tentación por ir en busca de Fákuǎn. Pero, cuando sintió el roce en su rodilla y otro más, más tarde, en su cintura, todo lo que consiguió fue encogerse todavía más.
Al fin, le vio salir a flote... justo frente a él. Y la forma ardiente que descubrió en su mirada no le tranquilizó.
— Hēi Xuè, quizás hayas visto a muchos otros como yo, pero yo no soy ninguno de ellos ni he tenido a alguien mirándome mientras me doy un baño, como es normal —respondió—. Mucho menos a alguien que no necesita respirar... —arriesgó.
En su vida, había visto poca gente cuyo hobbie fuera nadar, pero los que sí conoció no eran capaces de aguantar tanto tiempo bajo el agua, mucho menos sin siquiera dar un respingo para recuperar el aire al salir a la superficie, tal y como hizo Hēi Xuè, quien ni siquiera salpicó al emerger.
— ¿Qué quieres de mí? —fue directo.
No quiso encasillar a Hēi Xuè sólo basándose en sus características. No quiso admitir que estuviera loco sólo por la forma en que vestía, ni sucio sólo por la ropa desgastada, ni un asesino despiadado come-hombres sólo por ser una criatura que no necesita respirar (presumiblemente, un fantasma). Pero, si las cosas acababan retorciéndose, Fákuǎn se encontraba a un brazo de distancia de su sitio, acorralado contra el borde de rocas, y Zhào ShānLíu no debía encontrarse demasiado lejos como para no oír su voz en grito.
— No creo que nos estuvieses siguiendo sólo para hablar mal del maestro Hé Yǒnghéng ni de Zhào ShānLíu, y mucho menos para verme tomar un baño.
La apariencia de Hēi Xuè decía a todas luces que no se trataba de un sujeto normal, pero aún así, Léi Aóyun se sorprendió al verle caer tan desinteresadamente al agua. ¡Y se hundió como si estuviera hecho de plomo! Léi Aóyun cerró los ojos para evitar las salpicaduras, por mero instinto, pero no fue necesario, ya que la superficie del agua apenas se vio perturbada por la zambullida del otro. ¿Qué clase de truco era ese?
¿Acaso Hēi Xuè estaba recorriendo el fondo del lago? Léi Aóyun pudo sentir las corrientes que dejaba su paso alrededor de su cuerpo bien sumergido. ¿Qué estaba planeando?
— ¿Hēi Xuè?
Ovillado, con las rodillas cerca de su pecho, Léi Aóyun sintió que con cada segundo que Hēi Xuè pasaba sumergido, mayor era su tentación por ir en busca de Fákuǎn. Pero, cuando sintió el roce en su rodilla y otro más, más tarde, en su cintura, todo lo que consiguió fue encogerse todavía más.
Al fin, le vio salir a flote... justo frente a él. Y la forma ardiente que descubrió en su mirada no le tranquilizó.
— Hēi Xuè, quizás hayas visto a muchos otros como yo, pero yo no soy ninguno de ellos ni he tenido a alguien mirándome mientras me doy un baño, como es normal —respondió—. Mucho menos a alguien que no necesita respirar... —arriesgó.
En su vida, había visto poca gente cuyo hobbie fuera nadar, pero los que sí conoció no eran capaces de aguantar tanto tiempo bajo el agua, mucho menos sin siquiera dar un respingo para recuperar el aire al salir a la superficie, tal y como hizo Hēi Xuè, quien ni siquiera salpicó al emerger.
— ¿Qué quieres de mí? —fue directo.
No quiso encasillar a Hēi Xuè sólo basándose en sus características. No quiso admitir que estuviera loco sólo por la forma en que vestía, ni sucio sólo por la ropa desgastada, ni un asesino despiadado come-hombres sólo por ser una criatura que no necesita respirar (presumiblemente, un fantasma). Pero, si las cosas acababan retorciéndose, Fákuǎn se encontraba a un brazo de distancia de su sitio, acorralado contra el borde de rocas, y Zhào ShānLíu no debía encontrarse demasiado lejos como para no oír su voz en grito.
— No creo que nos estuvieses siguiendo sólo para hablar mal del maestro Hé Yǒnghéng ni de Zhào ShānLíu, y mucho menos para verme tomar un baño.
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Re: ¿Has Visto un Ladrón? (Shuanghua)
Hēi Xuè
Estatus: ???
Nombre de Nacimiento: ???
Título: ???
Arma Principal: ???
Por: Fuxue
- Te he visto a ti, Léi Aóyun, cuando te desvestiste y entraste al manantial -su sonrisa, que hasta entonces no dejó de crecer, se vio repentinamente interrumpida por una mueca de disgusto. Tantos modales y recato removieron los recuerdos sepultados en lo profundo de su memoria. Por un momento, su espalda de mostró recta, sus pies bien plantados en el lecho lodoso dieron sustento a la espléndida altura de su cuerpo fuera del resguardo del agua. Su mirada se afiló enarbolando la arrogancia y orgullo de la realeza pasada. Un segundo después, Hei Xuè se dejó caer de espaldas en el agua. Esta vez levantó todas las gotas que no estuvieron antes, con un gran estruendo, y chapoteó a gusto.
- Me gusta hablar contigo -respondió mientras intentaba flotar de cara al cielo, como si su cuerpo fuera una tabla- ¿Por qué más te buscaría? Presiento que sabes muchas cosas interesantes, y esa daga tuya, Fákuan, también. ¿Le has dicho que no hable conmigo? La primera vez que nos vimos, intentó decirme algo, pero la tonta araña nos interrumpió -giró y su cuerpo desapareció bajo del agua, emergió poco después, a espaldas de Léi Aóyun- Después no ha dicho más. Muy extraño, ¿no crees?
- Me gusta hablar contigo -respondió mientras intentaba flotar de cara al cielo, como si su cuerpo fuera una tabla- ¿Por qué más te buscaría? Presiento que sabes muchas cosas interesantes, y esa daga tuya, Fákuan, también. ¿Le has dicho que no hable conmigo? La primera vez que nos vimos, intentó decirme algo, pero la tonta araña nos interrumpió -giró y su cuerpo desapareció bajo del agua, emergió poco después, a espaldas de Léi Aóyun- Después no ha dicho más. Muy extraño, ¿no crees?
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Re: ¿Has Visto un Ladrón? (Shuanghua)
Léi Aóyun, "Liǔ Yuǎn"
Estatus: Cultivador
Nombre de Nacimiento: Léi Fēifán
Título: --- (---)
Arma Principal: Fákuǎn (cuchillo)
Por: Shuanghua
Pese a su falta de prejuicios, Léi Aóyun debía, al menos, admitir un cosa: Hēi Xuè no conocía la vergüenza. Y así mismo, de pronto como un recuerdo casi olvidado que sale a la luz, por una fracción de segundo le pareció ver en Hēi Xuè la misma postura que adquiría su propio padre cuando pretendía alzar la voz para dirigirse a todos sus sirvientes y a los aldeanos bajo su mando. Y la seguidilla de escenas inconexas finalizó con un chapuzón perfectamente normal. ¿Pero qué clase de criatura era Hēi Xuè al fin y al cabo? ¿Un fantasma o un ser humano?
Léi Aóyun sonrió de forma inconsciente, la dicotomía estaba siendo un festín para su curiosidad. Pero no se dejó encantar por aquello de que a Hēi Xuè le gustara hablar con él, que más bien parecía una treta barata para conseguir algo más... y apenas un momento después, se reveló qué era aquello a lo que el otro quería llegar realmente.
Fákuǎn.
— Hēi Xuè, no hay razón por la que le pediría a Fákuǎn que no hablara contigo. De hecho, no hay razón para prohibirle acto alguno a Fákuǎn, a menos que ello atente en contra de mis seres queridos... y siempre que no libere su sello.
El trato entre ellos, el espíritu habitando en Fákuǎn y su amo, fue que el primero tendría la libertad de alimentarse del rencor de cualquier ser al que alcanzara su hoja, sin restricción en cantidad y sin importar el daño que ello ocasionara a la cordura de Léi Aóyun, a cambio del poder para matar de una estocada en caso de ser liberado su sello, es decir, de que su amo le ofrendara voluntariamente parte de su sangre. Así, Léi Aóyun podría cultivar lo más cercano al camino del medio entre la rectitud y la oscuridad, a fin de mantener las cualidades de antídoto en su sistema circulatorio que, de lo contrario, se volvería tan ponzoñoso como el de su padre o, en el otro extremo, sería incapaz de envenenar. Más allá de ello, Fákuǎn podía hacer lo que se le diera la gana, incluso hablar con extraños.
De pronto, Hēi Xuè desapareció de su vista una vez más, causándole al discípulo un nuevo estremecimiento, seguido de otro más al percatarse de que el otro decidió reaparecer justo detrás suyo.
— Cr-creo que la razón por la que no puedes comunicarte con Fákuǎn es muy diferente a la que imaginas.
Y no era otra más que el bajo nivel de energía que poseía Léi Aóyun actualmente, tras una herida y un desangramiento, y su mal estado previo a ello.
— Permíteme.
Léi Aóyun estiró tímidamente el brazo, aún de espaldas a Hēi Xuè, para alcanzar a Fákuǎn. La hoja emitió un suave pulso oscuro y frío cuando su amo la tomó, mismo que desapareció en forma de un efímero anillo de humo negro. Léi Aóyun la trajo al frente de su pecho por encima de la superficie del agua, y le susurró.
— Fákuǎn, este hombre es Hēi Xuè. Quiere comunicarse contigo, ¿Es tu disposición comunicarte con él?
La hoja vibró por un segundo, sacudiendo su aura oscura con intensidad y Léi Aóyun sintió una punzada de ardor en las marcas que tenían sus muñecas, ahí donde se abrió la piel para tratar a la "tonta" araña de hace varios días.
— Eso es un sí.
Léi Aóyun sonrió de forma inconsciente, la dicotomía estaba siendo un festín para su curiosidad. Pero no se dejó encantar por aquello de que a Hēi Xuè le gustara hablar con él, que más bien parecía una treta barata para conseguir algo más... y apenas un momento después, se reveló qué era aquello a lo que el otro quería llegar realmente.
Fákuǎn.
— Hēi Xuè, no hay razón por la que le pediría a Fákuǎn que no hablara contigo. De hecho, no hay razón para prohibirle acto alguno a Fákuǎn, a menos que ello atente en contra de mis seres queridos... y siempre que no libere su sello.
El trato entre ellos, el espíritu habitando en Fákuǎn y su amo, fue que el primero tendría la libertad de alimentarse del rencor de cualquier ser al que alcanzara su hoja, sin restricción en cantidad y sin importar el daño que ello ocasionara a la cordura de Léi Aóyun, a cambio del poder para matar de una estocada en caso de ser liberado su sello, es decir, de que su amo le ofrendara voluntariamente parte de su sangre. Así, Léi Aóyun podría cultivar lo más cercano al camino del medio entre la rectitud y la oscuridad, a fin de mantener las cualidades de antídoto en su sistema circulatorio que, de lo contrario, se volvería tan ponzoñoso como el de su padre o, en el otro extremo, sería incapaz de envenenar. Más allá de ello, Fákuǎn podía hacer lo que se le diera la gana, incluso hablar con extraños.
De pronto, Hēi Xuè desapareció de su vista una vez más, causándole al discípulo un nuevo estremecimiento, seguido de otro más al percatarse de que el otro decidió reaparecer justo detrás suyo.
— Cr-creo que la razón por la que no puedes comunicarte con Fákuǎn es muy diferente a la que imaginas.
Y no era otra más que el bajo nivel de energía que poseía Léi Aóyun actualmente, tras una herida y un desangramiento, y su mal estado previo a ello.
— Permíteme.
Léi Aóyun estiró tímidamente el brazo, aún de espaldas a Hēi Xuè, para alcanzar a Fákuǎn. La hoja emitió un suave pulso oscuro y frío cuando su amo la tomó, mismo que desapareció en forma de un efímero anillo de humo negro. Léi Aóyun la trajo al frente de su pecho por encima de la superficie del agua, y le susurró.
— Fákuǎn, este hombre es Hēi Xuè. Quiere comunicarse contigo, ¿Es tu disposición comunicarte con él?
La hoja vibró por un segundo, sacudiendo su aura oscura con intensidad y Léi Aóyun sintió una punzada de ardor en las marcas que tenían sus muñecas, ahí donde se abrió la piel para tratar a la "tonta" araña de hace varios días.
— Eso es un sí.
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Re: ¿Has Visto un Ladrón? (Shuanghua)
Hēi Xuè
Estatus: ???
Nombre de Nacimiento: ???
Título: ???
Arma Principal: ???
Por: Fuxue
Si bien fue paciente al esperar, Hei Xuè no hizo nada como estar quieto y obediente, balanceó los brazos y se hundió algunas veces, solo hasta la nariz, poniendo especial interés en los movimientos de Léi Aóyun. Dejó de chapotear cuando la hoja estuvo a la vista, mostrando autentico respeto por Fákuan, reconociéndola como un igual si es no como un superior.
Su cabeza, parcialmente bajo el agua, se agachó a modo de saludo para con la daga. Su mirada se afiló cuando el arma vibró y el silencio se hizo por algunos segundos.
Hei Xuè torció el gesto cuando alcanzó el entendimiento, una expresión complicada. Apartó su atención de la hoja girando lentamente en el lugar.
- Realmente, no es mi problema -dijo, meditabundo, pero no había ninguna resolución en su tono. Algo en su interior no se sentía del todo bien. Resopló y se hundió en el agua una vez más.
Hei Xuè pensó que todo sería más fácil si pudiera sentir con claridad el frío del agua en su piel, si la urgencia por respirar pudiera nublar sus sentidos, si el paso del tiempo significara otra cosa que pérdidas y más perdidas. Pensó que la daga Fákuan era hermosa y astuta, pero sus palabras e intensiones demasiado despiadadas ¡Alimentándose de su propio maestro! Envenenando su cuerpo y corroyendo su alma. Realmente, no era su problema, pero no le agradaba en absoluto.
Estuvo tumbado en el lecho del manantial por un largo rato sopesando las palabras de la daga, aunque en realidad no hubo palabras, sino más bien un intercambio de imágenes y sensaciones, pero Hei Xuè supo entender los métodos del arma y el destino de su portador; Léi Aóyun sucumbiría a la locura más pronto que tarde, entonces, Hei Xuè se vio a si mismo muchos cientos años atrás, consumido por el resentimiento, sumido en la locura de la venganza mató amigos y enemigos por igual, a los que odió y a los que amó, devorando sus almas una por una hasta convertirse en un fantasma demencialmente poderoso, muy superior a otros, en una sola noche. Cuando no hubo más que devorar, se consumió a si mismo, y vagó largo siendo poco más que un débil llama fantasmal, sin consciencia, sin propósito, sin emoción... Naturalmente, llegado el momento, supo recomponerse y descender para convertirse en un demonio, incluso incrementó su poder, pero eso era harina de otro costal.
Finalmente entendió que no quería que su amigo, Léi Aóyun, sufriera el mismo destino y todo estuvo claro.
Emergió con un chapoteo y, sin aviso, apuñaló el pecho de Léi Aóyun con la mano. Del codo hasta los dedos, el brazo lucía traslucido como el agua del manantial, pero no era del todo etéreo, pues algunas gotas de sangre asomaron allí donde la mano atravesaba la túnica y la piel del heredero. Hei Xuè apretó los dedos en torno al corazón de Léi Aóyun y apretó con fuerza, como si exprimiera una naranja. Poco a poco, la mirada de Hei Xuè se ensombreció y el brazo se fue tiñendo de negro. Él podía asimilar la energía de resentimiento bañando el alma del cultivador sin ningún problema, pero no disfrutaba causarle semejante dolor a un amigo, si conociera otro método, lo hubiera usado, pero un fantasma rara vez se cultiva en caminos curativos, Hei Xuè no fue la excepción, él sabía robar, devorar y destruir, y a duras penas era capaz de valerse de su ingenio para brindar ayuda con sus oscuras capacidades.
Su cabeza, parcialmente bajo el agua, se agachó a modo de saludo para con la daga. Su mirada se afiló cuando el arma vibró y el silencio se hizo por algunos segundos.
Hei Xuè torció el gesto cuando alcanzó el entendimiento, una expresión complicada. Apartó su atención de la hoja girando lentamente en el lugar.
- Realmente, no es mi problema -dijo, meditabundo, pero no había ninguna resolución en su tono. Algo en su interior no se sentía del todo bien. Resopló y se hundió en el agua una vez más.
Hei Xuè pensó que todo sería más fácil si pudiera sentir con claridad el frío del agua en su piel, si la urgencia por respirar pudiera nublar sus sentidos, si el paso del tiempo significara otra cosa que pérdidas y más perdidas. Pensó que la daga Fákuan era hermosa y astuta, pero sus palabras e intensiones demasiado despiadadas ¡Alimentándose de su propio maestro! Envenenando su cuerpo y corroyendo su alma. Realmente, no era su problema, pero no le agradaba en absoluto.
Estuvo tumbado en el lecho del manantial por un largo rato sopesando las palabras de la daga, aunque en realidad no hubo palabras, sino más bien un intercambio de imágenes y sensaciones, pero Hei Xuè supo entender los métodos del arma y el destino de su portador; Léi Aóyun sucumbiría a la locura más pronto que tarde, entonces, Hei Xuè se vio a si mismo muchos cientos años atrás, consumido por el resentimiento, sumido en la locura de la venganza mató amigos y enemigos por igual, a los que odió y a los que amó, devorando sus almas una por una hasta convertirse en un fantasma demencialmente poderoso, muy superior a otros, en una sola noche. Cuando no hubo más que devorar, se consumió a si mismo, y vagó largo siendo poco más que un débil llama fantasmal, sin consciencia, sin propósito, sin emoción... Naturalmente, llegado el momento, supo recomponerse y descender para convertirse en un demonio, incluso incrementó su poder, pero eso era harina de otro costal.
Finalmente entendió que no quería que su amigo, Léi Aóyun, sufriera el mismo destino y todo estuvo claro.
Emergió con un chapoteo y, sin aviso, apuñaló el pecho de Léi Aóyun con la mano. Del codo hasta los dedos, el brazo lucía traslucido como el agua del manantial, pero no era del todo etéreo, pues algunas gotas de sangre asomaron allí donde la mano atravesaba la túnica y la piel del heredero. Hei Xuè apretó los dedos en torno al corazón de Léi Aóyun y apretó con fuerza, como si exprimiera una naranja. Poco a poco, la mirada de Hei Xuè se ensombreció y el brazo se fue tiñendo de negro. Él podía asimilar la energía de resentimiento bañando el alma del cultivador sin ningún problema, pero no disfrutaba causarle semejante dolor a un amigo, si conociera otro método, lo hubiera usado, pero un fantasma rara vez se cultiva en caminos curativos, Hei Xuè no fue la excepción, él sabía robar, devorar y destruir, y a duras penas era capaz de valerse de su ingenio para brindar ayuda con sus oscuras capacidades.
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Re: ¿Has Visto un Ladrón? (Shuanghua)
Léi Aóyun, "Liǔ Yuǎn"
Estatus: Cultivador
Nombre de Nacimiento: Léi Fēifán
Título: --- (---)
Arma Principal: Fákuǎn (cuchillo)
Por: Shuanghua
Para Léi Aóyun no fue tan extraño el comportamiento de Hēi Xuè como el hecho de que se hubiese hundido hace un buen rato y no saliera todavía a la superficie. No quiso preocuparse demasiado, después de todo y a todas luces ya sin lugar a dudas, se trataba de un fantasma.
De pronto, Léi Aóyun sintió la daga vibrando una vez más en su mano. Cerró los ojos y se concentró, silencioso, en lo que esta quería transmitirle.
Fueron pocas, pero pudo distinguir un par de imágenes. No supo cuándo sucedió lo que atestiguaba, pero tenía que ver con Hēi Xuè, pues pudo ver su figura envuelta en un caótico estado de locura, risas desordenadas y presas de la histeria, la ira y, cómo no, un sentimiento que conocía bastante bien: la venganza. Luego, muertes, muchas muertes. Hēi Xuè apareció devorando las almas de los muertos y Léi Aóyun frunció el ceño, abrió los ojos de golpe y rompió el hechizo. Dirigió la mirada de expresión extrañada a su daga, ¡Fákuǎn jamás le había revelado el fruto de una habilidad como esa! Pensó que trataría de ilusiones, alucinaciones quizás, pensó que la misma daga comunicándose con él podría ser parte de las alucionaciones también.
Justo después, Hēi Xuè emergió del agua para acercársele de improviso. Léi Aóyun aferró la empuñadura de Fákuǎn por puro instinto, incapaz de dañar a quien no reconocía como enemigo... incluso después de ser apuñalado por éste. La queja no se hizo esperar, pero el sitio de la herida evitó que fuera sonora y, con ello, a pesar de que ni siquiera estaba dispuesto a hacerlo, el heredero comprendió que le sería imposible gritar por ayuda. Su mirada se llenó de confusión y buscó los ojos de Hēi Xuè, sin rencor, sin rabia, sólo dolor y profunda extrañeza.
— ¿Por... qué? —dio forma de palabras mudas a sus labios.
El estado de Léi Aóyun ya era malo, y ahora no sólo estaba sangrando nuevamente, tiñendo las aguas alrededor de una nube rojiza que se expandía rápidamente. La propia forma en que usó la energía espiritual, lo poco que seguía teniendo, para comunicarse y hablar por Fákuǎn le habían debilitado un poco más. ¡Sentía que su corazón iba a estallar! No sólo por encontrarse entre las garras de Hēi Xuè, latiendo con frenesí, también por las emociones que se atropellaron en su pecho mal herido.
¿Estuvo mal confiar en Hēi Xuè? Si fue así, ¿Por qué seguía confiando en él, incluso en ese preciso momento? También confió en Zhào ShānLíu, sólo para ser traicionado en su momento. Confió en su padre, sólo para ser traicionado. Confió en su madre, sólo para ser traicionado. ¿Por qué no podía dejar de ser traicionado? No podía ser posible que todas las personas con las que estuviera destinado a encontrarse fueran a traicionarle... ¿O sí?
— Fákuǎn... —volvió a hablar sin voz.
Aquel espíritu era el único que, pese a todo por lo que ambos habían pasado, jamás le hizo daño.
Pero ahora, incluso ahora que Léi Aóyun pudo sentir como su vida escapaba a través del negro brazo de Hēi Xuè, Fákuǎn no respondió.
Léi Aóyun, resignado, con la cabeza ligera a causa de la pérdida de sangre, finalmente cerró los ojos y dejó ir su consciencia. Cayó su cabeza sin vida hacia adelante, y la mano que rodeaba la daga al fin la aflojó.
De pronto, Léi Aóyun sintió la daga vibrando una vez más en su mano. Cerró los ojos y se concentró, silencioso, en lo que esta quería transmitirle.
Fueron pocas, pero pudo distinguir un par de imágenes. No supo cuándo sucedió lo que atestiguaba, pero tenía que ver con Hēi Xuè, pues pudo ver su figura envuelta en un caótico estado de locura, risas desordenadas y presas de la histeria, la ira y, cómo no, un sentimiento que conocía bastante bien: la venganza. Luego, muertes, muchas muertes. Hēi Xuè apareció devorando las almas de los muertos y Léi Aóyun frunció el ceño, abrió los ojos de golpe y rompió el hechizo. Dirigió la mirada de expresión extrañada a su daga, ¡Fákuǎn jamás le había revelado el fruto de una habilidad como esa! Pensó que trataría de ilusiones, alucinaciones quizás, pensó que la misma daga comunicándose con él podría ser parte de las alucionaciones también.
Justo después, Hēi Xuè emergió del agua para acercársele de improviso. Léi Aóyun aferró la empuñadura de Fákuǎn por puro instinto, incapaz de dañar a quien no reconocía como enemigo... incluso después de ser apuñalado por éste. La queja no se hizo esperar, pero el sitio de la herida evitó que fuera sonora y, con ello, a pesar de que ni siquiera estaba dispuesto a hacerlo, el heredero comprendió que le sería imposible gritar por ayuda. Su mirada se llenó de confusión y buscó los ojos de Hēi Xuè, sin rencor, sin rabia, sólo dolor y profunda extrañeza.
— ¿Por... qué? —dio forma de palabras mudas a sus labios.
El estado de Léi Aóyun ya era malo, y ahora no sólo estaba sangrando nuevamente, tiñendo las aguas alrededor de una nube rojiza que se expandía rápidamente. La propia forma en que usó la energía espiritual, lo poco que seguía teniendo, para comunicarse y hablar por Fákuǎn le habían debilitado un poco más. ¡Sentía que su corazón iba a estallar! No sólo por encontrarse entre las garras de Hēi Xuè, latiendo con frenesí, también por las emociones que se atropellaron en su pecho mal herido.
¿Estuvo mal confiar en Hēi Xuè? Si fue así, ¿Por qué seguía confiando en él, incluso en ese preciso momento? También confió en Zhào ShānLíu, sólo para ser traicionado en su momento. Confió en su padre, sólo para ser traicionado. Confió en su madre, sólo para ser traicionado. ¿Por qué no podía dejar de ser traicionado? No podía ser posible que todas las personas con las que estuviera destinado a encontrarse fueran a traicionarle... ¿O sí?
— Fákuǎn... —volvió a hablar sin voz.
Aquel espíritu era el único que, pese a todo por lo que ambos habían pasado, jamás le hizo daño.
Pero ahora, incluso ahora que Léi Aóyun pudo sentir como su vida escapaba a través del negro brazo de Hēi Xuè, Fákuǎn no respondió.
Léi Aóyun, resignado, con la cabeza ligera a causa de la pérdida de sangre, finalmente cerró los ojos y dejó ir su consciencia. Cayó su cabeza sin vida hacia adelante, y la mano que rodeaba la daga al fin la aflojó.
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Re: ¿Has Visto un Ladrón? (Shuanghua)
Hēi Xuè
Estatus: ???
Nombre de Nacimiento: ???
Título: ???
Arma Principal: ???
Por: Fuxue
- Consumirá tu alma.
Hei Xuè solía ser tenaz y resoluto. Una vez que decidiera un curso de acción, lo seguía hasta el final, en parte también porque su fiereza y poder le otorgaban tal empuje que rara vez se encontraba con la oportunidad de cambiar de parecer antes de alcanzar una conclusión.
Esa mañana en el manantial, encontró que un par de minutos bajo la mirada agonizante de Léi Aóyun, podía ser demasiado tiempo para reflexionar y arrepentirse. Se descubrió incapaz de soportar por más tiempo la mirada desgarradora del cultivador, no podía torturarle por más tiempo.
Liberó su corazón y apartó la mano antes de lograr absorber toda la oscuridad que contenía.
- Tch -chasqueó la lengua. Podía verse decepcionado, pero su interior dolía- Con eso bastará por ahora -pensó que había ganado unos cuantos años más de cordura para Léi Aóyun, tiempo suficiente para encontrar otra manera de limpiarle, quien sabe, incluso podría preguntarle a ese molesto inmortal.
Le sostuvo con una mano mientras lamió los restos de sangre de la otras mientras observaba su cuerpo. No debería haber ninguna herida, pero era mucha sangre en la fina túnica inferior mojada.
La diestra de Hei Xuè quedó apostada entre los omoplatos contrarios. Habló como si Léi Aóyun pudiera escucharle.
- Yo lo hago -tampoco pidió permiso. Tomó la solapa de la prenda y la apartó para comenzar a limpiarle como se había limpiado él mismo, lamiendo y volviendo a lamer el blanco plexo solar de Léi Aóyun. La lengua de Hei Xuè era fría al tacto como todo el cuerpo del fantasma, tanto o más que el agua que les rodeaba, podría aliviar el dolor del heredero.
Hei Xuè solía ser tenaz y resoluto. Una vez que decidiera un curso de acción, lo seguía hasta el final, en parte también porque su fiereza y poder le otorgaban tal empuje que rara vez se encontraba con la oportunidad de cambiar de parecer antes de alcanzar una conclusión.
Esa mañana en el manantial, encontró que un par de minutos bajo la mirada agonizante de Léi Aóyun, podía ser demasiado tiempo para reflexionar y arrepentirse. Se descubrió incapaz de soportar por más tiempo la mirada desgarradora del cultivador, no podía torturarle por más tiempo.
Liberó su corazón y apartó la mano antes de lograr absorber toda la oscuridad que contenía.
- Tch -chasqueó la lengua. Podía verse decepcionado, pero su interior dolía- Con eso bastará por ahora -pensó que había ganado unos cuantos años más de cordura para Léi Aóyun, tiempo suficiente para encontrar otra manera de limpiarle, quien sabe, incluso podría preguntarle a ese molesto inmortal.
Le sostuvo con una mano mientras lamió los restos de sangre de la otras mientras observaba su cuerpo. No debería haber ninguna herida, pero era mucha sangre en la fina túnica inferior mojada.
La diestra de Hei Xuè quedó apostada entre los omoplatos contrarios. Habló como si Léi Aóyun pudiera escucharle.
- Yo lo hago -tampoco pidió permiso. Tomó la solapa de la prenda y la apartó para comenzar a limpiarle como se había limpiado él mismo, lamiendo y volviendo a lamer el blanco plexo solar de Léi Aóyun. La lengua de Hei Xuè era fría al tacto como todo el cuerpo del fantasma, tanto o más que el agua que les rodeaba, podría aliviar el dolor del heredero.
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Re: ¿Has Visto un Ladrón? (Shuanghua)
Léi Aóyun, "Liǔ Yuǎn"
Estatus: Cultivador
Nombre de Nacimiento: Léi Fēifán
Título: --- (---)
Arma Principal: Fákuǎn (cuchillo)
Por: Shuanghua
En su semi inconsciencia, Léi Aóyun escuchó palabras a las que no pudo dar sentido.
"Consumirá tu alma"
¿Pero de qué podría estar hablando Hēi Xuè? ¿Qué era aquello que consumiría su alma? ¿Acaso no quiso decir que él mismo consumiría su alma, como el fantasma que era? Como fuera, Léi Aóyun ya no podría hacer nada al respecto, todos sus planes habían encontrado un abrupto final y ninguna conclusión. El único consuelo que le quedaba era saber que pudo detener a su padre y a sus malditos objetivos. Pero, ¿Qué pasaría con Zhào ShānLíu? ¿Qué propósito quedaba en su vida, ahora que el hijo de su amada era asesinado?
Una profunda pena le sumió el corazón en tinieblas.
Un momento... ¡Su corazón reaccionaba! Pudo sentirlo latir incluso con más énfasis que antes, corriendo con una voluntad que parecía haber estado dormida por mucho tiempo, ¡Desde que era un niño! Pero, ¿Por qué despertaba ahora? ¿Acaso sería la cercanía de la muerte lo que le llevó a descubrirlo? No... Léi Aóyun sentía ansias por morir, si bien no pr suicidarse ni provocar su propia muerte de forma descuidada. Un momento más... ¡Se sintió deseoso de volver a la vida!
Con el respiro de un ahogado y su consecuente sacudida, Léi Aóyun despertó y se encontró sostenido en la espalda por la mano de Hēi Xuè. Descubrió, tan pronto como su respiración volvió a echar a andar de forma tan vivaz, que su corazón ardía, todo su pecho se sentía como si estuviera en llamas. Tensó la mandíbula, cerró los ojos con fuerza e intentó averiguar qué era lo que le estaba sucediendo, pero su mente fue incapaz de responder.
Al poco de resistir, dio voz a un gruñido.
— ¿Qué... está pasando? ¿Qué fue... lo que hiciste? —Masculló.
Insistió en la labor de contenerse, a pesar de que todo sería más fácil si sólo dejara escapar un alarido. Pero, entonces, ¿Qué pasaría con Hēi Xuè cuando Zhào ShānLíu apareciera en escena? O, peor aúm, ¿Qué pasaría con Zhào ShānLíu...?
"Consumirá tu alma"
¿Pero de qué podría estar hablando Hēi Xuè? ¿Qué era aquello que consumiría su alma? ¿Acaso no quiso decir que él mismo consumiría su alma, como el fantasma que era? Como fuera, Léi Aóyun ya no podría hacer nada al respecto, todos sus planes habían encontrado un abrupto final y ninguna conclusión. El único consuelo que le quedaba era saber que pudo detener a su padre y a sus malditos objetivos. Pero, ¿Qué pasaría con Zhào ShānLíu? ¿Qué propósito quedaba en su vida, ahora que el hijo de su amada era asesinado?
Una profunda pena le sumió el corazón en tinieblas.
Un momento... ¡Su corazón reaccionaba! Pudo sentirlo latir incluso con más énfasis que antes, corriendo con una voluntad que parecía haber estado dormida por mucho tiempo, ¡Desde que era un niño! Pero, ¿Por qué despertaba ahora? ¿Acaso sería la cercanía de la muerte lo que le llevó a descubrirlo? No... Léi Aóyun sentía ansias por morir, si bien no pr suicidarse ni provocar su propia muerte de forma descuidada. Un momento más... ¡Se sintió deseoso de volver a la vida!
Con el respiro de un ahogado y su consecuente sacudida, Léi Aóyun despertó y se encontró sostenido en la espalda por la mano de Hēi Xuè. Descubrió, tan pronto como su respiración volvió a echar a andar de forma tan vivaz, que su corazón ardía, todo su pecho se sentía como si estuviera en llamas. Tensó la mandíbula, cerró los ojos con fuerza e intentó averiguar qué era lo que le estaba sucediendo, pero su mente fue incapaz de responder.
Al poco de resistir, dio voz a un gruñido.
— ¿Qué... está pasando? ¿Qué fue... lo que hiciste? —Masculló.
Insistió en la labor de contenerse, a pesar de que todo sería más fácil si sólo dejara escapar un alarido. Pero, entonces, ¿Qué pasaría con Hēi Xuè cuando Zhào ShānLíu apareciera en escena? O, peor aúm, ¿Qué pasaría con Zhào ShānLíu...?
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Vie Oct 30, 2020 6:45 am por Invitado
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» ¿Has Visto un Ladrón? (Shuanghua)
Sáb Sep 26, 2020 6:58 pm por Shuanghua
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Sáb Sep 26, 2020 6:54 am por Shiro
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Sáb Sep 26, 2020 6:23 am por Shiro
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Vie Sep 25, 2020 5:20 pm por DoDo
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Miér Sep 23, 2020 6:43 pm por Nebulae
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Miér Sep 23, 2020 6:03 pm por Nebulae
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Miér Sep 23, 2020 2:20 pm por Little Cash
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